miércoles, 27 de marzo de 2024

 

Los sicomoros de Estambul

Los hermosos árboles centenarios que podemos ver en diferentes lugares de Estambul, si preguntamos a los guías, nos dirán que son sicomoros. Realmente el verdadero sicomoro ( Ficus sycomorus) pertenece a la familia de la higuera, y no se parece a éstos.

Pero entonces... ¿  también reciben el mismo nombre estos árboles ?

Todo resulta un poco lioso... me explico. La palabra sicomoro puede designar a la higuera africana  (Fycus sycomorus), como he dicho antes, que pertenece a la familia Morácea. Contiene látex y sus hojas tienen forma acorazonada parecidas a las de la morera y sus frutos son comestibles. Recibe el  apelativo de  africana por su distribución. 

Asimismo tenemos al sicomoro europeo, arce blanco o falso plátano (Acer psedoplatanus  o arce sicomoro) que pertenece a la familia Sapindáceae. 

También recibe la misma denominación, sicomoro,  cualquier especie del género Platanus , familia Platanácea pero, en especial, el Platanus orientalis. 

El platano occidental procede de América del Norte. Pertenecen, como el anterior, a la familia Platanaceae. En América recibe el nombre de sicomoro americano el Platanus occidentalis y hay aún otras variedades de Platanus  que también se denominan sicomoros, por ejemplo, el sicomoro de California y el sicomoro de Arizona que son variedades de Platanus.

Higuera africana, distintas variedades de Platanus o una variedad de arce reciben una denominación parecida  pero se trata de  distintas especies pertenecientes a distintas familias y con diferentes semillas y frutos. Tienen en común que todos son caducifolios.


Sicomoro de la mezquita de Eyüb

Ya, en este punto, los sicomoros de Estambul son Platanus orientalis. Se trata de  una especie euroasiática, del sureste de Europa y suroeste de Asia.

El nombre de platanus, que nos puede chocar en un primer momento pues nada tiene que ver con el platanero, viene del griego platys que significa ancho y esto  puede referirse a la extensión de sus hojas.


P.orientalis a la entrada de la mezquita de Eyüp

En nuestras calles el plátano que vemos es un híbrido ( que en botánica se representa con una X) de platano oriental y occidental (platanus orientalis x platanus occidentalis). Se denomina plátano de sombra, Platanus x hispanica o platanus acerifolia. Es muy llamativo  sobretodo por la corteza de varios colores, como un mosaico, y recuerda a la ropa militar de camuflaje. Este híbrido es vigoroso y de rápido crecimiento.Son árboles resistentes y que aguantan hasta podas drásticas, como se puede ver en los paseos de algunas ciudades.

Parece que el p. occidentalis fue traído a Europa por el botánico-jardinero inglés John Tradescant hijo (1608-1662), que lo trajo de América junto a más ejemplares de otras especies en un viaje que realizó entre 1628 y 1637. Por estas y otras informaciones escritas se cree que el híbrido se originó en Gran Bretaña.

Algunos ejemplares que se ven en Estambul son espectaculares, como el que crece en el patio de la mezquita de Eyüp, que va creciendo incorporando a su interior la verja que le rodea. Llegan a ser muy longevos alcanzando un porte imponente. Las hojas son como las del plátano de sombra pero más grandes y lobuladas. Es un árbol de gran resistencia. En nuestro país crece en algunas ciudades aunque son más frecuentes los platanus hispánica.


Sicomoro en el patio de la mezquita de Eyüp


Los verás también cuando visites los jardines de la mezquita Sehzade Mehmed, la llamada mezquita del príncipe, Esta mezquita fue encargada por Solimán el Magnífico en homenaje a su hijo Mehmed que murió en plena juventud, en 1543.

Estos árboles majestuosos adquieren un carácter mágico en la noche. Con las luces nocturnas son sobrecogedores dado su volumen y sus formas retorcidas. Son árboles de los bosques de los cuentos infantiles.



Hoja de platanus orientalis


Jardín de la mezquita Sehzade Mehmed


Ejemplar en la mezquita de Sehzade Mehmed


Estambul es una ciudad fascinante , la actividad en sus mercados y calles, las maravillosas mezquitas, los barrios griego y judío...  pero también merece la pena fijar la mirada  en estos árboles majestuosos, darse cuenta de su existencia.


Jardín del palacio Topkapi