En el Herbario. Homenaje a Edouard Leroy Piot.
Cuando, hace unos años, entré en el Herbario del Jardín Botánico de
Madrid, nunca pensé que una de mis primeras experiencias iba a resultarme tan emotiva. Enfrente de mí
tenía un cartapacio en el que figuraba el nombre de Leroy, hasta entonces ese
nombre no era para mí más que una referencia a un centro comercial. Este
nombre, manuscrito en tinta negra en pequeñas fichas de papel junto al nombre de las plantas y las localidades cántabras donde fueron
recolectadas, por mí bien conocidas,
azuzaron mi curiosidad.
¿Quién era ese extranjero que andaba por aquellas tierras cogiendo
plantas a principios y mediados del
siglo XX?
El Dr. Edouard Leroy Piot
(1885-1954), doctor en Ciencias por la Universidad de Bruselas, fue un hombre
que se trasladó a nuestro país, al pequeño pueblo de Barreda en Cantabria, en 1908, como director de laboratorio de Solvay.
Leroy, aparte de sus obligaciones
profesionales y como Botánico que era , comenzó a herborizar por todos los
alrededores. De forma muy asidua entre 1915 y 1927. Luego bajó su actividad
hasta el año de su jubilación, en 1949, y entonces de nuevo se puso en marcha
hasta que la enfermedad le incapacitó. Con Manuel Laínz mantuvo
correspondencia y en el verano de 1951,
allí en Barreda, intercambiaron sus
experiencias y conocimientos. La única excursión que hacen juntos fue en Julio
de 1954 a Peña Labra, aunque ya Leroy no puede seguir el ritmo de su compañero.
Leroy falleció el 27 de Octubre de 1954 y dos años después, en 1956, su hijo
cedió el Herbario y la biblioteca botánica a Manuel Lainz. Este Herbario se
encuentra en Gijón, en el Jardín Botánico Atlántico, aunque algunos cartapacios
llegaron a Madrid.
Su herbario aporta no sólo plantas de Cantabria sino también exsiccatae francesas de plantas
alpinas y centroeuropeas que le enviaba su hermano, Víctor Leroy, y las enviadas
por el Hermano Sennen (Frere Sennen, 1861-1937).
Para mí ha sido un honor haber colocado en pliegos aquellas plantas
que él recolectó en aquellos parajes que yo, de raíces cántabras, conozco bien.
Anduvo no sólo en los alrededores de Barreda, también subió a los montes y
llegó a playas y dunas. De los sombríos bosques, de las orillas de los
ríos o de las dunas, esas plantas permanecieron entre periódicos belgas, de
color sepia, de la época. Allí, en el
Herbario, colocar las plantas en los pliegos no es sólo una tarea mecánica, es
asomarse a un tiempo pasado donde, la planta, como si de un testigo se tratara,
pasa de la mano del que la recolectó
a la mano del que la recibe y
dispone en el pliego como si el tiempo se desvaneciera entre estas dos
acciones. Tal es el poder de la emoción cuando es ésta el hilo conductor en una
tarea.
Buenos días,
ResponderEliminarTe leo ahora con mucho retraso y un poco por casualidad pues desgraciadamente no he heredado esta afición de mi abuelo a quien no llegué a conocer (n. 1955) pero sí llevo su nombre y recuerdos de lo que se contaba en casa.
Sí conocí al P. Laínz al que llegué a visitar el herbario que tenía en la U.L de Gijón en una de las torretas donde tenía una foto de mi abuelo como inicio de su propia colección.
Solamente quería darte las gracias por el cariño con el que hablas de este belga tan peculiar y que no deja de sorprenderme por su actividad (tocaba magníficamente el piano, fundó el club de Tenis y el Club de Fútbol de Barreda -donde inició su andadura Santillana- lector infatigable, ...)
No lo mencionas, pero creo que hay 2 plantas de la zona del Besaya que llevan su nombre por no estar antes catalogadas (no sé si se dice así)
Gracias de nuevo y un cordial saludo,
Eduardo Leroy
Dejo mi correo por si llegas a leer esto: eleroy@telefonica.net
Buenos días,
ResponderEliminarTe leo ahora con mucho retraso y un poco por casualidad pues desgraciadamente no he heredado esta afición de mi abuelo a quien no llegué a conocer (n. 1955) pero sí llevo su nombre y recuerdos de lo que se contaba en casa.
Sí conocí al P. Laínz al que llegué a visitar el herbario que tenía en la U.L de Gijón en una de las torretas donde tenía una foto de mi abuelo como inicio de su propia colección.
Solamente quería darte las gracias por el cariño con el que hablas de este belga tan peculiar y que no deja de sorprenderme por su actividad (tocaba magníficamente el piano, fundó el club de Tenis y el Club de Fútbol de Barreda -donde inició su andadura Santillana- lector infatigable, ...)
No lo mencionas, pero creo que hay 2 plantas de la zona del Besaya que llevan su nombre por no estar antes catalogadas (no sé si se dice así)
Gracias de nuevo y un cordial saludo,
Eduardo Leroy
Dejo mi correo por si llegas a leer esto: eleroy@telefonica.net
Buenas tardes,
ResponderEliminarMuchísimas gracias por tu comentario. Me he llevado una sorpresa y una gran alegría al recibirlo.
Pasé muy buenos ratos colocando las plantas que tu abuelo había recogido por aquellos parajes. Por lo que cuentas ,tuvo una vida muy activa e interesante.
Indagaré sobre las plantas que llevan su nombre.
Te envío un cariñoso saludo,
Amelia