sábado, 24 de diciembre de 2022


  

Museo Arqueológico Nacional, su Jardín.


Al Museo Arqueológico Nacional (MAN), que está situado en la calle Serrano de Madrid, compartiendo edificio con la Biblioteca Nacional, se va a admirar sus colecciones pero también a deambular por su jardín.
Este no es muy grande pero si tiene un recorrido agradable donde admirar árboles y arbustos.
Se inicia, a la izquierda de la entrada, con un camino sinuoso que invita al paseo y que nos va revelando un hermoso contenido vegetal.


Jardín del MAN. Madrid
MAN. La esfinge custodia la entrada.



















A lo largo de las estaciones nos ofrece diferentes caras, todas ellas atractivas.
Podemos observar diferentes especies de plantas, entre ellas destaco el acanto (Acanthus mollis), la mahonia (Mahonia aquifolium) , la nandina ( Nandina domestica) y el zumaque de Virginia ( Rhus typhina). 

En el verano nos sorprenderán las grandes pirámides floridas del acanto. Son plantas perennes, siempre verdes en el jardín con sus maravillosas y esculturales grandes hojas lobuladas. En el otoño destacará su verde profundo sobre el tapiz amarillo de las plantas caducas.



Jardín MAN. Acanto. Abril 2022

Jardín MAN. Acanto. Diciembre 2022





















La mahonia , cuya procedencia es tanto de Asia como de Norteamérica, de ahí que también se la denomine uva de Oregón, es arbusto perenne, sus hojas son coriáceas y de bordes espinosos. Algunas pueden cambiar su tono a rojizo o a color bronce. Nos regalará  sus espigas de flores amarillas  durante el otoño y el invierno alegrando el jardín. Más tarde se llenará de pequeñas bayas moradas que duran mucho tiempo, pudiendo coincidir con las flores, y que son alimento para las aves.



Jardín MAN. Mahonia. Diciembre 2022


El zumaque de Virginia, otro arbusto de Norteamérica, en este caso caduco, adquirirá su máxima belleza en el otoño con sus grandes hojas compuestas rojo anaranjadas.  Es una planta dioica, es decir, hay ejemplares masculino y femeninos; éstas últimas producirán densos conos de frutos peludos en el invierno.



Jardín MAN. Zumaque, frutos. Febrero 2020
Jardín MAN. Zumaque. Noviembre 2021




















La nandina, también llamada bambú sagrado, es un arbusto perenne originario del este de Asia.  Sus hojas adquieren un precioso tono rojizo tanto cuando son jóvenes como cuando maduran y están próximas a su caída. Sus flores forman espigas de color blanco. En el otoño se cubrirá de  pequeñas bayas rojas, brillantes, muy llamativas, que son tóxicas.



Jardín MAN. Nandina. Diciembre 2019


También destacaré los agapantos ( Agapanthus africanus) que florecerán a finales de primavera y  en el verano y los rododendros que lo harán a final del invierno y en primavera. También veremos ejemplares esparcidos de otras plantas arbustivas como aligustre y aucuba japónica.



Jardín MAN. Rododendro. Abril 2022


En el jardín hay árboles perennes como los cedros y otros caducos que alfombrarán el suelo en el otoño, así como un ejemplar de roble marcescente que se resiste a lanzar sus hojas para proteger los nuevos brotes.
Destacan, en cualquier época, las palmeras de la fortuna ( Trachycarpus fortunei) que resisten al frío y a las temperaturas altas del verano y se yerguen, en buen número, con su aspecto peludo y sus hojas palmeadas como las más altas señoras del jardín.


Jardín MAN. Febrero 2020
Jardín MAN. Diciembre 2022

Según se entra al recinto del MAN , a la derecha, llama la atención un arco  que se instaló aquí en 2019 y es una réplica exacta del arco románico del siglo XII de San Pedro de las Dueñas en Sahagún, León. Tras él se abre una pequeña plazoleta y, en el espacio más cercano a la calle, veremos una mata de gramíneas, pennisetum en hibernación, en espera de tiempos mejores.


Jardín MAN. Gramíneas. Diciembre 2022

Jardín MAN.


Los jardines, que como éste se encuentren en pleno centro de Madrid y , por lo tanto, cercanos al tráfico y al bullicio, siempre proporcionan un instante de sosiego,  se comportan como  muros protectores que nos permiten vivir momentos , paréntesis en calma, contemplando el mundo vegetal.


















jueves, 8 de diciembre de 2022



Campo Grande, Valladolid


Campo Grande es el principal parque de la ciudad de Valladolid. En el pasado, el espacio que hoy ocupa constituía un espacio comunal de uso agrícola y ganadero. A lo largo del tiempo, fue testigo de acontecimientos festivos y luctuosos, así como de actividades militares.
Su origen como parque data de 1787. La explanada, sin apenas árboles, fue sufriendo una serie de reformas como la delimitación de su área y la plantación de gran cantidad de olmos que, afectados por la grafiosis, fueron sustituyéndose por otras especies. Todo ello hizo que se convirtiera en un lugar favorito para pasear.
El estanque se realizó en 1879. En 1880 se había llevado a cabo la mayor parte del proyecto.  Su área es de unas 11 hectáreas y su forma triangular. Paralelo a un lado de este triángulo trascurre el paseo del Príncipe que comunica las dos entradas principales.


Paseo del Príncipe. Campo Grande, Valladolid


Estanque con surtidor. Campo Grande, Valladolid

A lo largo del siglo XIX y XX se fueron haciendo mejoras, concluyéndose los paseos y su pavimentación, así como la colocación de farolas y aumentándose el número de bancos. 
Este parque, además de por su frondosidad, cuenta con más de 60 especies, me llamó la atención por el estilo y la cantidad de asientos que posee. Se trata de bancos corridos rústicos, situados a lo largo de sus paseos, y con un respaldo realizado con troncos cruzados de un grosor medio.


Bancos rústicos. Campo Grande


Fuente de la fama. Campo Grande

Otra característica, que le añade interés, es el gran número de aves que allí habitan. Posee tres aviarios, palomar, faisanera y pajarera.
Con la conclusión del estanque llegaron la primera pareja de cisnes y es un precioso espectáculo ver cómo se deslizan y cómo se llaman uno a otro cuando se pierden de vista, 


El estanque y sus habitantes. Campo Grande


Los cisnes de Campo Grande

No podemos olvidarnos de los pavos reales, emblema del parque, que se introdujeron en 1930 y que , en gran número, allí han encontrado un buen alojamiento.
Pero además, en el censo, tienen que constar las ardillas que se dejan ver sin miedo corriendo a lo largo de los bancos o sorprendiéndonos delante de nuestros pasos.


Campo Grande y sus pavos reales


Campo Grande y sus habitantes

Plazoletas, fuentes , pérgolas y diferentes esculturas van añadiendo puntos de interés a lo largo de los paseos, a los que se añade la rosaleda.
Miguel Delibes fue paseante asiduo y recibe homenaje en la escultura adyacente a la entrada del parque de la plaza de Zorrilla.


Rosaleda. Campo Grande
Campo Grande, Valladolid

En suma, un espacio muy agradable para pasear y pasar buenos ratos en compañía o caminar solitarios con nuestros pensamientos y siempre dejándose llevar por la belleza del lugar.


Puerta del Príncipe en Campo Grande
Campo Grande, palmas de la fortuna.


Paseo del Príncipe, vista nocturna, Campo Grande.


         En el Paseo del Príncipe

Bajo una fina lluvia
avanzada la tarde,
camino en Campo Grande.
Me sorprende el bullicio
de muchas aves.
Bóveda oscura, 
cobijo de tanta vida.

 Algo más lejos,

se apaga el canto,

sólo rumor de hojas
y una ligera brisa
que hace arreciar la lluvia.

Me paro en el paseo,

cierro los ojos,
permito que el momento
se instale en mi memoria.
Quisiera penetrar en esa sombra densa,
más allá del camino,
donde el parque sereno 
se acostumbra a la noche
y permite en su seno
apaciguar la vida
Campo Grande



Fuente del Cisne. Campo Grande

Paseo otoñal, Campo Grande