miércoles, 18 de julio de 2018

Las hortensias vienen de...





Planta ornamental por excelencia.


Las hortensias pertenecen a la familia Hydrangeaceae. Se han descrito muchas especies aunque solamente están admitidas cuarenta y tres. Se trata de arbustos que, en nuestras latitudes, son de hoja caduca y pueden alcanzar una importante envergadura.
Las historias acerca de la difusión de las plantas son interesantes y curiosas, estando detrás siempre una persona que se ha dejado seducir por su belleza. En este caso , el protagonista  fue Philipp von Siebold ( 1791-1866), un recolector de plantas alemán, médico de profesión.Fue contratado por la Compañía Holandesa de las Indias Orientales  para trabajar en Japón. Allí consiguió reunir una colección de plantas japonesas. Por motivos políticos acabó en la cárcel para ser, en 1830,  deportado. Pero con la peculiaridad de que le dejaron volver a Holanda con sus plantas. De esta manera llegaron a Europa variedades de la H. macrophylla. En su hábitat son plantas de bosque que crecen en semisombra.



H. macrophylla rosa. 


H. macrophylla es la variedad más conocida y la que podemos ver con más frecuencia, alcanzando una gran popularidad como plantas de maceta en el siglo XIX. Sus pequeñas flores pasan desapercibidas al lado de las hojas modificadas, las brácteas, que le aportan su color, pudiendo ser  blancas, azules o rosas.
Este aspecto tiene que ver con los componentes del suelo donde crecen y con el pH del mismo. En un suelo básico  el color será rosado, mientras que si es ácido, adquirirán un color azul.
Podemos modificar la acidez del suelo si añadimos  materia orgánica o sulfato de aluminio o sulfato de hierro  aumentándola, en estos casos, virando el color de las brácteas al azul.

Una subespecie de la H. macrophylla es la denominada "lace-cap" o gorro de encaje.Tienen en el centro flores desnudas y alrededor brácteas, pero no adoptan la característica forma esférica sino aplanada.

H. paniculata. También su  origen está en  el este de Asia. Las panículas formadas por flores, con y sin brácteas , grandes y llamativas, adoptan una forma cónica .Su color es blanco con matices de rosa más o menos intenso.



H. paniculata


H. petiolaris es la hortensia trepadora, creciendo en bosques de Japón , Corea  y Taiwan.

Pero no todas las hortensias provienen de Japón, China y otros países de Asia. Hay especies oriundas de América.Este es el caso de la H. quercifolia.

H. quercifolia, así llamada por la semejanza de sus hojas con las del roble.Fue descrita por William Bartram en 1791. Esta especie es oriunda del norte del continente americano,del sureste de Norteamérica, de zonas de Tennessee, Florida y el oeste del río Mississippi, creciendo en los bosques, a la sombra de grandes árboles.Con cabezuelas florales abombadas o cónicas que cambian de color, pasando por el blanco-rosa-morado-marrón, según van envejeciendo, En esta especie el color es independiente del pH del suelo.Es un arbusto de hoja caduca que puede llegar a varios metros de altura, su tronco es leñoso, descamándose la corteza  dejando al descubierto un tronco anaranjado.



H. quecifolia


Las hojas son lobuladas de tres, cinco o siete lóbulos , pudiendo alcanzar un gran tamaño, con bellas tonalidades anaranjadas, rojizas y marrones en el otoño.Las flores crecen en panículas terminales en forma de cono, a semejanza de la hortensia paniculata,  permaneciendo por meses en la planta. Por ello, en  invierno, siguen manteniendo su atractivo, tras perder las hojas, por estas flores secas ornamentales y su tronco anaranjado.


H. quercifolia. El tronco se descama dejando al descubierto su color anaranjado.


Hay muchos cultivares de esta especie, algunas con flores dobles  con densos racimos florales y más resistente al frío que otras variedades.
Las especies H. paniculata y quercifolia son aún más vistosas que la hortensia común y cada vez son más conocidas.



H. quercifolia. Una misma planta tiene panículas de dos colores, según su antigüedad



H. quercifolia de grandes hojas lobuladas. Real Jardín Botánico de Madrid

martes, 10 de julio de 2018

Las viñas del Parque de Valdebernardo





La vid, las uvas y Juan Fernández el Labrador


El  Parque de Valdebernardo  tiene una  parcela de vides. En este parque, en el distrito de Vicálvaro y en las proximidades de la A-3, autovía de Valencia, podemos ver una  explanada donde las vides están perfectamente colocadas y ser testigos de su evolución  al paso de las estaciones. Sus troncos gruesos y retorcidos, esculturas naturales en la explanada, quedaran casi ocultos por la aparición explosiva de sus  hojas en la primavera y, más tarde, asistiremos al surgimiento de sus frutos y su maduración.



Parque de Valdebernardo. El viñedo al comienzo de la primavera


Parque de Valdebernardo. El viñedo al final de la primavera



La importancia de la vid ( Vitis vinífera) en nuestra cultura es innegable. Se cree que el vino comenzaría a elaborarse en Irán hace 5500 años.
La versatilidad  de esta planta resultaría asombrosa, sus frutos podían convertirse en pasas, vino, vinagre...En pinturas chinas y egipcias  se muestra la producción y consumo de vino. En muchos pueblos entraría a formar parte de su mitología, así  los sumerios rendían tributo a Gestin, la "madre cepa" y, para los griegos,, fue Dioniso, hijo de Zeus, el que llevó el vino  desde Asia Menor a Grecia.Serían estos últimos los que desarrollarían la vinicultura como un comercio lucrativo.
Los mayas y aztecas tuvieron vides silvestres pero no elaboraron vino.En  India sí lo producían  pero no desarrollaron una industria vinícola, como tampoco en China . En estos países no formó parte de su cultura como lo fue y es en Europa.



Hermosa cepa en el Parque de Valdebernardo. Madrid



El viñedo de Valdebernardo


























El primer vino se produciría gracias a un feliz accidente producido por la fermentación de los azúcares del fruto. Pero , tras la fermentación, se  habría de recorrer un largo camino hasta  aprender a estabilizar la bebida y  conservarla.
Los monasterios, los terratenientes y los centros científicos desempeñarían un papel fundamental en el desarrollo de la industria del vino
Los muchos siglos de cultivo darían lugar a más de 5000 variedades distintas de uvas.La vitis vinífera fue introducida en Sudamérica (Chile) por los españoles.


En el siglo XVII  aparecen los pioneros en la selección de viñas.Sería en los siglos  XVIII y XIX  cuando creció esta industria, disparándose las ventas  y la exportación.


También en el Real Jardín Botánico de Madrid se rinde tributo a la vid. Para ello, en 1786, se  hizo colocar una  pérgola de hierro forjado en los flancos laterales, a ambos lados de la terraza donde se levanta el Pabellón Villanueva, que sirvió para la colección de Simón de Rojas Clemente, quién estuvo durante unos años al frente de la Biblioteca del RJB de Madrid. El estudiaría  estas plantas con pasión, en los primeros años del siglo XIX, estableciendo un  método científico para el estudio de  variedades de la vid. 




Viña en Valdebernardo. Detalle de los futuros frutos


También podemos ver vides en otros jardines como en el Jardín Arqueobotánico del Museo de San Isidro, en Madrid. Un museo muy interesante donde  se expone, desde la Prehistoria, los diferentes hallazgos que se han encontrado en los asentamientos primitivos a orillas del río Manzanares.Es interesante la idea del parque o jardín dónde se planten frutales y especies hortícolas, no sólo especies ornamentales, para mí es enriquecimiento botánico.


Vid en el jardín del Museo de San Isidro. Madrid

Crece la vid trepando por la pérgola del RJB Madrid



Hablando de vides me viene a la mente uno de los pintores que mejor  ha representado sus frutos: Juan Fernández, El Labrador. Fue un pintor barroco español, activo en la tercera década del siglo XVII, del que apenas se conocen detalles de su vida . Parece que vivía en el campo y se acercaba a la Corte sólo en contadas ocasiones. Se especializó en flores y frutas, principalmente uvas, que aparecen suspendidas de los sarmientos.
En sus cuadros , de fondos negros , sabe dirigir la luz sobre los objetos que pinta con gran detalle y pericia.
Alcanzó importancia internacional aunque él permaneció en su aislamiento.Sus cuadros fueron adquiridos por personajes nobles  llegando a la corte inglesa y francesa. 
Parece que fue un pintor iletrado, no firmaba sus obras y alguna vez que lo hizo fue de manera torpe con alteración ortográfica.
En el año 2013 se realizó una exposición monográfica  en el Museo del Prado, en la que se lograron reunir once cuadros.En las salas de este museo podemos contemplar dos cuadros de este autor.



Detalle de los cuadros de Juan Fernández el Labrador. Museo del Prado.



Detalle del otro cuadro de Juan fernández el Labrador.Museo del Prado.


De este pintor se podría decir lo mismo que de Zeuxis, pintor de la Antigua Grecia, tan fiel a la realidad en sus representaciones que los pájaros  iban a picar las uvas de sus frescos .