lunes, 23 de marzo de 2020

Pedro Cieza de León, cronista del Perú





Pedro Cieza de León, cronista del Perú


Leer a los cronistas de Indias es zambullirse en el pasado, nada menos que 500 años atrás, y  hacernos una idea de las vivencias que ellos experimentaron y de lo que descubrieron día a día en sus largos viajes. Ellos nos han trasmitido sus primeras impresiones de  aquellas tierras ignotas  que recorrieron, inmersos en el asombro ante un mundo de novedades.


Entre los muchos que escribieron sobre el Nuevo Mundo se debe mencionar a Pedro Cieza de León. 
Desde muy joven, nuestro cronista conoció lo que llegaba de las nuevas tierras por lo que se embarcó, según él cuenta, a la edad de quince años. El proemio de su obra es magnífico, brillante, y en él nos resume rasgos de su carácter. Desde la humildad ante la enorme tarea, reconociendo sus limitaciones, hasta la firme resolución de escribir, a pesar de la fatiga, para dejar constancia de lo visto y vivido ,  y así nos dice " cuando los otros descansan yo me canso de escribir...".

Nació en Llerena (Badajoz) donde su recuerdo y homenaje se manifiesta en una escultura. En 1535 embarca para Cartagena de Indias y comenzará un largo viaje que no concluirá hasta 1550, año en que abandona Perú para instalarse en  Sevilla, donde fallece en 1554, antes de sus 40 años, y poco después de la muerte  de su esposa.

El enorme trabajo que acometió, su Crónica del Perú, se divide en cuatro partes.
En la parte primera describe el territorio por el que transita, los pueblos nativos y da cuenta de las ciudades que se han ido fundando. Esta obra la concluirá aportándonos muchos datos . Nos cuenta  que la comenzó a escribir en la ciudad de Cartago,  de la gobernación de Popayan en 1541, y la acabó en la ciudad de los Reyes del reino del Perú, esto es Lima, en 1550.Y añade " siendo el autor de 37 años y habiendo gastado 17 de ellos en estas Indias". Se imprimió en Sevilla en 1553. Será el único tomo que verá editado.
La parte segunda se centra en el Señorío de los Incas. Alaba los caminos que trazaron, las señalizaciones en los mismos, el trabajo de la lana para ropa, de cómo llevaban las cuentas en quipus,  él las describe como ramales grandes de cuerdas anudadas y así, con nudos, contaban. Relata y describe los  templos, las grandes fiestas, así como, la historia de sus reyes.
En la tercera parte, nos habla del descubrimiento y conquista del Perú, y en la cuarta parte, de las guerras civiles del Perú.




Crónica del Perú. Pedro de Cieza. Biblioteca Nacional de España.


Quipu. Sistema de cálculo. Museo de América. Madrid


Llegado al Nuevo Mundo, emprende un largo viaje desde lo que hoy es Venezuela , que le llevará por el actual Ecuador, Colombia, Bolivia , Perú y hasta el norte de Chile, en lo que entonces era el virreinato de Perú.
Nos describe la geografía , dejando clara constancia de  la localización de los lugares por donde pasa.
Da datos sobre el comportamiento, creencias, vestimenta y modos de vida de los pueblos con los que va teniendo contacto a su paso.De muchas ciudades y de quien las fundó, como la de Cali, Popayán y otras y nos dirá que se poblaron  más de 200 ciudades. Deja constancia del clima de cada lugar y del porqué se dan o no ciertas especies. Describe los valles, vegas y montañas por donde pasa.

Desde el punto de vista del mundo vegetal, dará cuenta en esas extensas tierras de  las especies oriundas y de las  traídas por los españoles que ya están bien establecidas. Contempla cómo ya el trigo crece y las viñas y las legumbres traídas de España junto con las plantas autóctonas en fértiles valles.

Si visitamos el Museo de América en Madrid y vemos la cerámica, nos maravillará aquella que se inspira en los elementos vegetales americanos, la cerámica fitomórfica, representado el maíz, la patata, guanábano, frijol...de las que él también nos habla.



Vasija con mazorcas de maíz.Museo de América. Madrid
Vasijas con formas vegetales. Museo de América. Madrid



Muestras de maíz. Museo de América. Madrid



Menciona palmitos, manzanillos del diablo, papas, aguacates,guayabas, pitahaya, piñas, paltas, caymitos (con leche dentro)...
De las patatas dice " tienen papas a manera de turmas de tierra, el cual después de cocido, queda tan tierno por de dentro como castaña cocida,, no tiene cáscara ni cuesco..."
De la quinoa (quinua) que tiene una semilla menuda de la cual hacen brebajes y también la comen guisada como nosotros el arroz..."
También de las plantas de España, las verduras, legumbres, melones, naranjos, limas, limones, granadas, higueras..
De cómo , cerca del río grande Marañon, entró Gonzalo Pizarro a la entrada de la canela. Dice " una manera de especia que llamamos canela, la cual traen de las montañas, que están a la parte del Levante, que es una fruta a manera de flor, que nace en los muy grandes árboles de la canela...". Realmente no se tratará de la verdadera canela sino de otra especie.
De la zarzaparrilla en la isla de la Puná y en Guayaquil
De cómo en las vegas se recoge el trigo y en muchos valles calientes crecen frutas y legumbres y se comienzan a plantar viñas.
Habla del calzado, hecho con raíces y yerbas como de cáñamo. De cómo ciertos nativos recogen el estiércol de las aves para sus sementeras.
De la preciada yerba que llaman coca, que se cría en muchas partes de este reino y con la que "sienten poco la hambre y les da vigor y fuerza". Las hojas de coca estaban integradas en su cultura. En el Museo de América se ven exquisitas figuras de jefes mascando estas hojas.
En otro orden de cosas, nos trasmite su admiración por las maravillas de los palacios de los Incas, que el llama Ingas y de la cabeza de su imperio, Cuzco.



Figuras masticando la coca. Museo de América. Madrid.
Hojas de coca. Museo de América. Madrid



























Balanza de coca. Museo de América. Madrid


En Perú habla de los árboles llamados molles con sus hojas y frutas menudas con las que hacen vino, vinagre o miel. Y de un árbol con el que tiñen de negro. Y de las quinas y de un árbol con cuya madera pueden hacer fuego aunque todo a su alrededor está empapado por la lluvia incesante ¿ de cuál se tratará?. Se echan en falta descripciones botánicas pero...no se puede llegar a todo.


 Va relatando, en su recorrido de norte a sur, el paisaje, la geografía, cómo son distintas poblaciones de indígenas así como  sus vestidos y sus costumbres, deja constancia del clima del lugar y de los cultivos que observa. Nos cuenta cómo se nombraban los jefes y del gorro con borla que portaban cuando, tras el ayuno, salían a ser vistos y aclamados por el pueblo. Es decir, observa todo, todo lo describe y habla con los nativos, como un pionero de la etnografía.



Jefe con la borla. Museo de América. Madrid


Describe las construcciones con las que se encontraban, como las grandes piedras de Tihuanaco y de su admiración ante estos grandes monumentos tan bien realizados. Una foto de las mismas se puede ver en el Museo de América, dándonos así cuenta de su detallada y exacta descripción.




Puerta del Sol. Tihuanaco. Descrita en las Crónicas de Pedro de Cieza. Foto del Museo de América. Madrid.

Vasija inca. Museo de América. Madrid

Vasija inca. Museo de América. Madrid






Se le ha llamado "El Príncipe de los cronistas de Indias".Su labor es ingente, de todo quiere dejar constancia  y dándose cuenta de que , entre los que le rodeaban, ninguno escribía nada de lo que pasaba, se decidió él a llevarlo a cabo  ya que el tiempo, en sus palabras, consume la memoria de las cosas.


Ahora, en este tiempo de confinamiento obligado por la pandemia del coronavirus, leer a los cronistas de Indias es otra posibilidad, nos deparará gratos momentos y descubriremos interesantes historias directamente contadas por los que allí las vivieron. Y cuando podamos... es visita obligada la del Museo de América en Madrid.










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