jueves, 2 de abril de 2020

El primer lupino del descampado





El primer lupino del descampado



De nuevo, en marzo, nacen los lupinos en el descampado donde solían. Allí van surgiendo con sus pirámides florales azul-moradas, desde lejos se ven como pequeños estandartes coloridos destacando del uniforme verdor y , seguramente, efímero.
Las cunetas, solares y descampados, lo que Gilles Clèment llama "tercer paisaje", áreas dejadas de lado donde muchas especies pueden crecer, ya están llenas de crucíferas con sus flores amarillas y blancas. Pero también crecen rápidamente las leguminosas, entre ellas, son las vezas (vicia sativa, villosa...) y los lupinos los que lucen entre el verde, amarillo y blanco.



Lupinus angustifolio. Descampado en Madrid, marzo 2020


Los lupinos pertenecen a la familia de las leguminosas. El de la foto es el Lupinus  angustifolio, que es el altramuz silvestre azul. Hay variedades de altramuces que sirven para alimento humano y de animales.

¿Este nombre  no os  recuerda  a uno de los cuentos del libro " El conde Lucanor",  la obra de Don Juan Manuel, escrita en el siglo XIV?
En esta obra, en la que se relatan breves historias, la número X, tiene el siguiente título " Lo que ocurrió a un hombre que por pobreza y falta de otro alimento comía altramuces ". Así pues, el altramuz lo presenta como  alimento amargo y de pobres. Podéis leerlo para saber cómo acaba pues sus cuentos siempre tienen moraleja.

Existe un gran número de especies, unos originarios del área mediterránea (subgénero LUPINUS) y otros de América ( subgénero PLATYCARPOS). Algunas variedades poseen semillas más dulces y son comestibles, otras variedades son sólo ornamentales.

El Lupinus angustifolio es el que con más frecuencia vemos al llegar la primavera a nuestro campos.



Lupinus angustifolio. Madrid


Sus hojas son muy bonitas, palmeadas, compuestas de foliolos en número impar ( de 5 a 9 ) y estrechos, de ahí el nombre, y de un color verde claro que destaca. La inflorescencia comprende muchas flores papilionáceas que forman una espiga. Los frutos son unas vainas que contienen las semillas  que , en este caso, son pequeñas y algo aplanadas.



Lupinus angustifolio, detalle de los foliolos.



Detalle de los foliolos del L. angustifolio



Los lupinos ornamentales tienen una inflorescencia más espectacular, pueden ser blancos, rosados, azules, morados...pertenecen al subgénero Platycarpos. La especie  L. polyphyllus, tiene su  origen en América del Norte. Sus hojas son pecioladas, alternas, tomentosas en el envés, y están compuestas de 9-15 foliolos acuminados, anchos, que forman casi un círculo y añaden belleza a esta especie.




Lupino ornamental.


Los Lupinos, como todas les leguminosas, enriquecen la tierra gracias a que, por mediación de unas bacterias, fijan el nitrógeno en sus raíces. Además, algunas variedades son cultivadas por  su valor nutricional.
En este sentido,  cabe mencionar la importancia del Instituto Vavílov ( San Petersburgo, Rusia) en relación a la colección que posee de semillas de todo el mundo. Allí acuden los estudiosos en este género  porque  encuentran  una gran colección de  cientos de especies de lupinos del área mediterránea , Africa y América.

Este Instituto, antes llamado  Instituto de la Industria de Las Plantas, recibe el nombre de una relevante figura de triste historia, la de  Nikolái Vavílov (1887-1943), quién lo dirigió entre 1924 y 1936. Fue uno de los pioneros de los estudios genéticos aplicados al mundo vegetal y, preocupado por evitar la desaparición de especies, estudió el origen de muchas de ellas, entre otras la de los principales cereales que alimentan a la humanidad. Se dio cuenta de la importancia de lo que hoy llamamos biodiversidad y recopiló una gran cantidad de semillas.
Sin embargo, sus estudios genéticos, que no estaban bien vistos en la Rusia de su época porque no favorecían las consignas políticas del momento, le llevaron a su arresto y muerte en la cárcel.
Su historia es un ejemplo de la nefasta influencia de la política sobre la ciencia y la investigación.

El dia 31 de marzo una tenue capa de nieve, inusual en estas fechas, cubrió la incipiente primavera del descampado.



Madrid, 31 marzo 2020. Descampado nevado





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