Jardinofilia
El término no existe en el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua (RAE) pero es fácilmente entendible. Yo me refiero con él al aprecio y disfrute de los jardines ,de cualquier estilo que éstos sean.
La vivencia del jardín como paraíso , como refugio o como lugar dónde trabajar pegado a la tierra sintiendo su energía, desarrolla este sentimiento.
Madrid, afortunadamente, tiene muchos parques y zonas ajardinadas. Dos, son los que voy a mencionar,muy diferentes entre sí, el de la azotea de la Casa Encendida y el del jardín del Palacio de Anglona.
La Casa Encendida
En el Madrid cercano a Atocha, en La Ronda de Valencia, se encuentra un edificio que se comenzó a construir en 1911.Sirvió como sede de empleados y sucursal bancaria en la zona sur de la capital, pero también fue casa de empeños de la Caja de Ahorros de Madrid.
Su construcción es de granito y ladrillo. La decoración con ladrillo rojizo que enmarca las ventanas , adorna torreones y el pretil de la terraza le imprimen su estilo neo-mudéjar.
En 2002 pasa a ser centro social y cultural. Un lugar acogedor y amable, que desarrolla una gran actividad.
Al no ser un edificio muy alto, sótano y tres pisos, desde su terraza se contempla el Madrid activo de los alrededores de Atocha, llegando allí, aunque algo amortiguado, el mar de fondo urbano.
|
Explanada en la azotea, orientada al sur. |
Pero volviendo la vista hacia dentro, se agradece el espacio verde que se contempla.Los setos quieren abrigarnos con su manto verde y, al pie de las glicinias, crecen fresas. Rosales aquí y allá y un huerto sobre mesas de cultivo donde lombardas y otras coles se calientan al sol otoñal.
|
Huerto urbano. |
|
Creciendo al sol otoñal. |
Tras el torreón norte, corre un canal de agua flanqueado de un madroño y de aromáticas,entre las que destaco la hierba Luisa (Aloysia citriodora) ,una verbenácea con un maravilloso olor a limón a poco que toquemos sus hojas.
Un pequeño oasis que se agradece, cualquier espacio verde es bienvenido en la ciudad.
|
Otro rincón en la Casa Encendida. |
|
Aromáticas y rosas. |
|
Fresas en la jardinera.. |
|
El agua y su murmullo relajante. |
El Jardin del Palacio de Anglona
Situado en el Madrid de los Austrias, adyacente a la Plaza de la Paja . Esta zona, cercana a la corte en el Madrid Medieval, era lugar de residencia de personajes influyentes. El jardín, al costado del Palacio del Príncipe de Anglona, pasa desapercibido por estar, todo su perímetro, rodeado de un muro. La construcción recibe el nombre que corresponde a Pedro Alcántara Téllez Girón y Alonso Pimentel (nacido en 1786, falleció en 1851), quién vivió allí .
Sin embargo, el palacio es más antiguo y muchos otros residieron en él. Se cree que su origen se sitúa hacia 1530, mandándolo construir Francisco de Vargas ,que fue consejero de los Reyes Católicos y de Carlos I. Se reedificaría en el siglo XVII , pasando a ser propiedad de la casa de Benavente, sucediéndose las generaciones con diferentes títulos aristocráticos, principalmente relacionadas con el ducado de Osuna.
Esta historia está muy bien contada y con gran número de detalles por Maria Isabel Pérez Hernández en la revista La Alcazaba, de diciembre de 2013.
|
Pequeña puerta que da entrada al Jardín del Palacio de Anglona, en la Plaza de la Paja. |
El Príncipe de Anglona fue un militar que se destacó durante le Guerra de la Independencia, ascendiendo en su carrera, siendo teniente general al concluir la guerra en 1814. Pero también fue un hombre de talante liberal y con intereses culturales .
En 1820 se le nombró director del museo del Prado, fue el primero, cuando el edificio estaba tomando cuerpo como galería de pintura. Y en este mismo lugar, podemos acercarnos a su imagen . Francisco de Goya le representó en el cuadro titulado Los Duques de Osuna y sus hijos ( 1788), siendo él el niño pequeño sentado sobre el cojín.
En cuanto al jardín, parece que el primer diseño se sitúa a mediados del siglo XVIII (1761) , obra de Nicolás Chalmandrier. Otra reforma se realizaría cuando, en 1872, el marqués de la Romana compró el Palacio al heredero del Príncipe de Anglona.
|
El jardín desde la entrada. |
El jardin tenía caminos curvos y parterres irregulares.En 1920, el marqués de la Romana encargó una reforma del mismo a Javier de Winthuysen, pintor y diseñador de jardines. En su dibujo aparecen pilastras, pérgolas, bancos con azulejerías...
Tras la Guerra Civil y en muy mal estado, los marqueses lo alquilaron a las autoridades municipales desde 1942 a 1978. En ese último año , conseguiría la propiedad el Ayuntamiento de Madrid.
Posteriormente, dado su estado ruinoso, se reconstruiría el edificio y el jardín. Del jardín se ocupó la italiana Lucía Serredi, entre otros.Se recuperó el diseño de Javier Winthuysen de 1920. Ella lo definió como un jardín colgante con sólidos muros de ladrillo y granito, ya que salva una importante caída entre la plaza y la calle Segovia.
En 2002 se abrió al público.
El jardín no es grande, tiene unos 500 metros cuadrados. El cuerpo central cuenta con cuatro cuadrantes, rodeados de setos bajos de boj, con caminos de ladrillos alargados, parece que se ha mantenido el solado original, colocados en forma muy atractiva en espina de pescado. En la intersección, se colocó una fuente de granito sobre una columna salomónica.Según se entra, a la izquierda, observaremos un oscuro templete sobre una pequeña terraza elevada.
El jardín se adorna con otra fuente baja, en la zona cercana a la calle Segovia.
Hay bancos de granito desde podemos contemplar distintos puntos del espacio. Dos pérgolas, ahora algo desnudas, se revestirán de rosas en la primavera.
El espacio cuenta con arboles grandes, plátano, acacia, ailantos...y un rincón con madroños,algún granado y varios arbolitos de preciosa corteza, lisa y rojiza, que me parece que corresponden a cerezos japoneses. Diferentes arbustos , dentro de los setos, y perimetrales, van ocupando los espacios.
Es un jardín que invita a permanecer un largo rato, paseando por sus diferentes zonas, sin prisas. En el invierno se añade el estimulante ejercicio de averiguar el nombre de los arbustos y árboles que lo habitan ¡ Dejémonos asaltar por la jardinofilia!
|
Caminos bajo una de las pérgolas. |
|
El descanso del jardinófilo. |
|
Madroño. |
|
Detalle del madroño. |
|
Tronco de cerezo japonés. |
|
La retorcida corteza del granado. |