lunes, 17 de diciembre de 2018

Amapolas, en el campo y en los cuadros




Detalles botánicos

Amapolas en un cuadro de Bartolomé Bermejo


Hablando de amapolas y pintura enseguida acude a nuestra cabeza el cuadro de Claude Monet, el campo de amapolas por el que caminan la dama con sombrilla y la niña .
Pero también las representó un pintor menos conocido, Bartolomé Bermejo.Fue un pintor del siglo XV, nacido en Córdoba, al que ahora podemos admirar en el Museo del Prado.
Se sabe muy poco de su vida, ni siquiera el por qué del apellido Bermejo cuando su apellido verdadero era Cárdenas. Se desplazó por diferentes poblaciones de la Corona de Aragón, asociado con artistas locales para poder realizar su trabajo, dado el sistema de gremios establecido en su época.
Su estilo estuvo influenciado por la escuela flamenca, esto puede verse en  el paisaje , en la meticulosidad de la representación de la naturaleza.La temática religiosa de sus cuadros no le impidieron situar detalles botánicos muy realistas.
En el retablo de la Virgen de Montserrat se puede disfrutar de los detalles florales . En la tabla central, a los pies de la Virgen y a la derecha están representadas unas amapolas.




Retablo de la Virgen de Montserrat. Bartolomé Bermejo



Lo mismo puede decirse  de su Piedad , La Piedad Desplá, que se encuentra en el  Museo de la  Catedral de Barcelona. En este cuadro  se han catalogado más de cuarenta variedades de plantas, líquenes y hongos y un importante número de insectos. No todo lo representado se ajusta a la realidad, se permitió licencias artísticas.



La Piedad Desplá. Bartolomé Bermejo



Otra autora, Mary Delany (1700-1788)  nos sorprende con su Amapola , dentro de su amplia Flora Delanica.


Mary Delany. Papaver somniferum (Opium Poppy, 1776)



La primera vez que vi esta magnífica Papaver somniferum roja creí que era un dibujo botánico. Me llevé una gran sorpresa cuando, leyendo acerca de la vida de esta mujer, me enteré de que, a los 72 años de edad, comenzó con lo que ella llamaba "mosaicks".
Realmente, se trataba de un collage realizado con múltiples papelitos de colores pegados. El primor del trabajo y el cuidado de los detalles botánicos es para dejar perplejo a cualquiera.
Con este método llevó a cabo más de 900 láminas, que se encuentran en el British Museum.
La similitud del color de un geranio  con un papel dejado sobre su mesilla de noche le dio la idea. La ocurrencia para comenzar con esta técnica fue así fortuita. El nivel que adquirió fue de una perfección admirable.


Las amapolas, cada primavera, florecen en nuestros campos salpicándolos de colores. Amplias extensiones son invadidas por el rojo y por el blanco.
Pertenecen a la Familia Papaveraceae, están descritos 44 géneros y más de 700 especies, algunas de ellas muy diferentes en su aspecto de la idea que podemos tener de una amapola.
Se desarrollan en las áreas templadas y se caracterizan por poseer el látex, blanco o amarillo.
El poder de los alcaloides que contienen fue conocido muy pronto por el hombre que, enseguida, observó sus propiedades. Me estoy refiriendo al opio, obtenido del látex de la cápsula inmadura de la Papaver somniferum. Esta sustancia contiene una mezcla de más de 20 alcaloides diferentes, entre ellos, la morfina y la codeína. Su importancia en la Medicina antigua fue innegable.



¿ Qué  amapolas que podemos ver en nuestros paseos ? Ahí van algunas muestras.


La Papaver rhoeas es la amapola silvestre, por excelencia, en los campos. Las podemos ver en cualquier sitio, solares, cunetas, en cualquier grieta... cercanas siempre a las actividades humanas.



Papaver rhoeas


Papaver rhoeas en un solar



Otra amapola roja, ampliamente distribuida,  es el Glaucium corniculatum, de color rojo anaranjado, a veces, con manchas negras en la base de los pétalos. Su fruto es una cápsula muy alargada que puede tener hasta 10 cm de longitud.



Glaucium corniculatum. Cerro Almodóvar. Madrid


Menos frecuente de ver es la Roemeria hybrida. Amapola morada con látex amarillo.


Roemeria hybrida. Saelices de la Sal ( Guadalajara)


La Papaver somniferum blanca se ha dejado ver por nuestros campos y cunetas esta primavera con gran profusión.



Riberas del rio Guadarrama. Carranque. Toledo



Papaver somniferum blanca. Campos de Toledo


La amapola de California es una amapola de color  amarillo-naranja, grande, con cuatro pétalos.Procedente de California y Baja California (México). Su nombre botánico es Eschscholzia californica.
Se pudo ver, en la primavera,  en las praderas silvestres del Real Jardín Botánico (RJB) de Madrid.



Al fondo, amapolas de California. RJB Madrid, 2017

La llamada amapola de México, endemismo de México y California, es la Romneya coulteri. Se trata de un arbusto de tallo leñoso que puede alcanzar una buena altura. Su flor es una gran amapola blanca en la que destacan gran número de estambres amarillos. Sus hojas son muy llamativas, lobuladas y alguno de esos lóbulos puede tener forma lanceolada.



Romneya coulteri. RJB Madrid



Romneya coulteri, amapola de México.RJB

Hojas de Romneya coulteri.

Este repaso de las amapolas, lejos aún de la primavera, nos hará aguzar la mirada a las obras en las que se representan.






lunes, 19 de noviembre de 2018

El Reino Ignorado de David G. Jara



Para los que nos gustan, y leemos, los libros que tratan de botánica, es una suerte encontrarse con nuevos títulos.
Bioquímico y profesor de secundaria, David G. Jara ha realizado un estupendo libro con mucha información interesante sobre fisiología vegetal.
En algunos párrafos se introduce en jardines bioquímicos pero, en ningún momento, la lectura resulta dificultosa.
Se trata de un libro ameno, didáctico y dinámico, que sabe aderezar muy bien con sus experiencias como profesor en contacto con adolescentes a los que no es fácil atraer con la ciencia, a menos que se presente con entusiasmo y claridad.






Los capítulos, que titula con mucha gracia animándonos a la lectura y captando nuestra interés, se suceden explicando las curiosidades de este reino, revelándonos sus secretos . Pueden leerse en cualquier orden pues son independientes uno de otro.

El libro nos aproxima  al mundo vegetal  en sentido opuesto a la perspectiva que pudiéramos tener si consideramos a las plantas como seres pasivos. Las plantas son maravillosas fábricas que funcionan con luz solar y estupendas estrategas ya que deben hacer frente a las adversidades , no pueden huir del enemigo ni de las circunstancias adversas.
Recalca su importancia crucial: sin ellas, no estaríamos aquí.
Animo a leer el libro, que es fenomenal ¡ Enhorabuena al autor!
Concluyo con una frase, muy bella, que utiliza  en el preámbulo, recogida  de F. Dostoyevski en su obra "El idiota" que dice Yo no comprendo que se pueda pasar al lado de un árbol sin sentirse feliz mirándolo.
Comparto la idea.

sábado, 27 de octubre de 2018

Color púrpura en el Jardín Botánico




Color púrpura en el Jardín Botánico

Phytolaca , amaranto y ricino


Los espacios verdes nunca están del todo explorados. El reino vegetal, como conjunto de seres vivos, tiene por norma el cambio continuo, la variabilidad, solo que para constatarlo aquí es preciso que seamos observadores. Hay que estar dispuestos para fijarse en las variaciones en el recorrido, ya que nunca se pasea por el mismo camino.
En el Real Jardín Botánico ( RJB) de Madrid y en otros lugares similares, con gran concentración de distintas especies, siempre veremos algo diferente, algo nuevo no visto antes  o algún cambio en lo ya conocido.
Y eso ha pasado ¿ cómo se puede ignorar ese color púrpura que presentan diferentes plantas ?



Phytolacca americana en la platabanda del Real Jardín Botánico de Madrid.



PHYTOLACCA. A éste género pertenecen muchas plantas perennes que son nativas de extensos territorios del norte y sur de América, del este de Asia y de Nueva Zelanda.

Se trata de plantas herbáceas, aunque la P. dioica, denominada también Ombú o Bellasombra puede alcanzar una gran altura , un  extenso contorno en su base, y tener apariencia de un gran árbol creciendo en Uruguay, sur de Brasil y en las Pampas argentinas...aspecto arbóreo sin serlo...¡curiosidades de la Botánica!  

Están descritas unas 17 especies. La especie tipo es P. americana descrita por Linneo en 1753.
La P. americana aunque su origen es Norteamérica está naturalizada por todo el mundo, en zonas templadas, y se puede encontrar también en la Península Ibérica.
La Phytolacca americana nos llama la atención por sus tallos púrpuras destacando en el entorno verde. Las hojas son alternas, pecioladas, de terminación algo apuntada. Las flores, pequeñas y blanco-verdosas, se disponen en racimos terminales. Florece de julio a noviembre. El fruto es una pequeña baya  de color púrpura oscuro. Estos frutos fueron usados por los indios nativos para conseguir un tinte rojo. Precisamente a esta característica debe su nombre ( Phyton=planta y Lacca= tinte rojo)

Las hojas y frutos contienen toxinas, fitolacatoxina y fitolacigenina, venenosas para los mamíferos, pero no para las aves. Las hojas, fritas o hervidas tres veces, pierden la toxina.

Otra especie, la P. dodecandra se ha estado investigando para el tratamiento de la esquistosomiasis.



Llamativo color púrpura de la Phytolacca.


AMARANTO. Amaranthus. Familia Amaranthaceae. Este nombre procede del griego y su significado es el de "flor que no se marchita" o "flor de la inmortalidad". Están  aceptadas unas 70 especies. Cuarenta de estas especies son nativas de América, aunque estas plantas están muy extendidas por climas templados y cálidos.
En la época precolombina se cultivaba como alimento, sobre todo, el Amaranthus caudato , llamado kiwicha por los nativos, ya que posee unas semillas de gran poder nutritivo, empleadas para hacer harina. También se la consideraba una planta sagrada  de uso en sus rituales .

El género Amaranthus está próximo al género Celosía, éstas últimas plantas muy vistosas, como plumeros de variados colores  que estamos acostumbrados a ver  en los viveros.




Densa inflorescencia del Amaranto.


Amarantos de bajo porte en la platabanda del Real Jardín Botánico, Madrid


Detalle de la inflorescencia del Amaranto



RICINO. Ricinus communis. Pertenece a la gran Familia Euphorbiaceae. Se distribuye por todas las regiones cálidas del globo. Se trata de un arbusto de tallo grueso y  hueco de hermoso color púrpura. Las hojas , alternas, palmeadas y con nerviación marcada, pueden tener  gran tamaño. Forma grandes inflorescencias, conformadas en panícula, situándose las flores masculinas en la parte inferior y las femeninas en la superior.
Los frutos son globulosos y erizados, púrpuras al comienzo y marrones al madurar. Cada uno con tres cavidades donde se disponen las semillas, una por cavidad, grandes y jaspeadas que, en el momento de la maduración, son lanzadas a gran distancia.
La ricina es el potente tóxico que contienen las semillas. Tiene uso industrial.




Planta de Ricinus communis en RJB, Madrid



Detalle de las hojas palmeadas del ricino.



Detalle de los frutos maduros y de la semilla del ricino


En el RJB de Madrid se pueden ver estas plantas del ricino, en gran número, en la zona del huerto y  acompañando a las dalias y a la planta del tabaco, en los parterres cercanos.

Observar todas estas plantas bien merece un paseo por un lugar, el Jardín Botánico de Madrid, generoso en gratificaciones.




Púrpura en las hojas, tallos y frutos del Ricino





















lunes, 1 de octubre de 2018

Francisco Hernández ( 1515-1587), médico-botánico






Francisco Hernández de Toledo, médico y botánico

Pionero en tierra ignota


Hay personajes en la historia que resuenan en los oídos de todos por estar posicionados en lo alto de la  pirámide de las figuras ilustres y otros  que, sin menos méritos, quedaron marginados en la cuneta  por una serie de circunstancias adversas.
Este es el caso de Francisco Hernández, conocido por los que bucean en las raíces de la Botánica y de la Historia, pero un completo desconocido para el público en general, y no fue poco lo que este hombre anduvo, trabajó y escribió , siendo uno de los primeros cronistas del Nuevo Mundo.
Corrían los tiempos de Felipe II en cuyo Imperio no se ponía el sol. El rey, interesado por todo lo nuevo, en especial en remedios para sus dolencias, puso sus ojos en Francisco Hernández, a la sazón uno de sus médicos de cámara, y le confió la tarea del estudio y recolección de todo lo que la nueva tierra pudiera aportar.
Y allí fue cuando ya contaba 55 años , con su hijo, al territorio de Nueva España que tenía entonces  una extensión mayor que lo que hoy constituye el país de México. Partieron  de Sevilla en 1570.

Francisco Hernández nació en la Puebla de Montalbán (Toledo) en 1515.En su pueblo natal se puede ver, en la Plaza Mayor, una placa conmemorativa  pero la fecha de su fallecimiento, que tuvo lugar en Madrid, fue la de 1587, no 1578.

 Estudió Medicina en la Universidad de Alcalá de Henares.Ejerció en otro pueblo de Toledo, Torrijos y, más tarde, en Sevilla, donde recorría  el campo recogiendo numerosas plantas. También fue médico en el Hospital del monasterio de Guadalupe  regresando posteriormente a Toledo , al Hospital de la Santa Cruz. Pasados los años y con esta experiencia fue nombrado, en 1576, médico de la casa real de  Felipe II.



Puebla de Montalbán, Toledo

Placa conmemorativa en la Plaza Mayor de Puebla de Montalbán.





















Va a las Indias como Protomédico general y a "hacer la historia de las cosas naturales". El Protomedicato era en aquella época, a falta de los actuales Colegios médicos, un organismo que controlaba el ejercicio de la medicina y decía quien era apto para ello además de supervisar las actividades de las Boticas.

Recorrió extensamente el territorio mexicano. Luego se tomó un tiempo para ordenar todo el material, hablar con los médicos locales para conocer sus remedios y practicar la medicina en el Hospital Real de Indios., así como hacer frente a las epidemias que se dieron durante su estancia por aquellas tierras.
No sólo se interesó por la materia médica , también recogió información sobre arqueología, antropología e historia mexicana. En 1576 envió a la Corte sus escritos, dieciséis volúmenes.
El regresó, con su salud muy deteriorada, en 1577.
Su obra, que fue muy bien recibida por Felipe II y , encuadernada con lujoso acabado, pronto fue almacenada en El Escorial, y allí quedaron los volúmenes, hasta quedar destruidos en el incendio que sufrió el edificio en 1671.
Afortunadamente, su obra no se  perdió por completo pues se hicieron resúmenes de ella y copias, aunque esta es una historia rocambolesca.
El murió con la pena de no haber visto publicado su trabajo  ni haberse, por lo tanto, difundido  extensamente  como había sido su deseo.

La obra original de la Historia de las plantas de Nueva España incluía 1069 plantas identificadas, no solamente americanas, sino también de Filipinas, por ejemplo Cinnamomum cassia ( cassia) y la Mangífera índica (mango) y  otras de las Indias Orientales, que llegaban a América a través de Filipinas.




Dibujo del árbol del cacao del libro de Francisco Hernández de Toledo. Museo de América, Madrid



Cuando regresó  trajo consigo muchas raíces, plantas vivas y semillas. Describió la piña tropical, la chirimoya, el guanábano, la papaya, el coco, diferentes variedades de pimiento, la vainilla, el maíz,el cacao, el girasol, ágaves, hibiscos, la zarzaparrilla, el tabaco...
Destacan en la obra capítulos sobre el liquidámbar,la coca, los bálsamos de Tolú y de Perú, tan apreciados en la época, diferentes purgantes  y también el dedicado al cacao, así como detalles de las diferentes formas de preparación , y el uso de otras plantas que se le añadían para mejorar su sabor.


El interés por su obra se extendió por Europa  en las últimas décadas del siglo XVI.
Se realizó una edición madrileña de su obra en 1790, por Casimiro Gómez Ortega, médico y botánico, Catedrático del Real Jardín Botánico de Madrid.





Primeras páginas de la edición de Casimiro Gómez Ortega. Cortesía de Félix Alonso Sánchez. Biblioteca RJB , Madrid



La introducción en Europa de la Botánica americana, y su aplicación en Medicina, se inició con las primeras noticias de las plantas del Nuevo Mundo a través de muchas fuentes : textos colombinos, de Pedro Mártir de Anglería, de Gonzalo Fernández de Oviedo y  escritos de muchos cronistas.
En Europa se recibían semillas y plantas vivas que los interesados en estas cuestiones y muchos médicos, entre ellos Nicolás Monardes en Sevilla, se apresuraban a plantar en sus jardines y a conocer sus aplicaciones.
A mediados del siglo XVI , el coleccionismo de objetos naturales adquirió una importancia  que iría en aumento en el siguiente siglo, alcanzando, asimismo, auge los jardines botánicos.
La importancia que tuvieron  las referencias botánicas del Nuevo Mundo es innegable. En obras médicas del siglo XIX se recogían aplicaciones terapéuticas que fueron introducidas en Europa por médicos españoles.
Nunca antes del descubrimiento del Nuevo Mundo se había producido un intercambio vegetal a tan gran escala. Debemos estar agradecidos a todos los que contribuyeron a ello.



Plaza de Puebla de Montalbán, Toledo.Julio,2018


Para quien quiera saber más son estupendas las siguientes obras :

-Las primeras noticias sobre plantas americanas en las relaciones de viajes y crónicas de Indias  (1493-1553). José Pardo Tomás y María Luz López Terrada. Instituto de estudios Documentales e Históricos sobre la Ciencia. Universitat de Vaència_CSIC. Valencia, 1993.

-La influencia de Francisco Hernández (1515-1587) en la constitución de la botánica y la materia médica modernas. José María López Piñero y José Pardo Tomás. Instituto de estudios Documentales e Históricos sobre la Ciencia. Universitat de Vaència_CSIC. Valencia, 1996
























lunes, 17 de septiembre de 2018

Homenaje a un profesor: granadas de Rafael Requena.









Rafael Requena Requena y sus granadas


Rafael Requena fue un gran artista y un excelente profesor de dibujo durante muchos años.Nació en Caudete (Albacete) muy cerca de la comunidad de Murcia. Realizó obras en óleo y acuarela, destacó principalmente en esta última técnica,  siendo merecedor de un premio Nacional. Se dedicó a la labor docente, primero como Catedrático de Dibujo en Institutos de Enseñanza Media y, más tarde, en la Universidad Complutense. Alcanzó el honor de ser presidente de la Asociación Española de Acuarelistas.
Fue profesor de dibujo en el instituto Emperatriz María de Austria  y en el Lope de Vega, ambos en Madrid. Tuve la suerte de que fuera mi profe  en dos cursos, cuando yo contaba con 10-11 años. En las clases, mientras dibujábamos o pintábamos, o nos peleábamos con el buril y el linóleo, el iba conformando un paisaje al óleo en un lienzo que, ante nuestros ojos, iba tomando cuerpo.



Plato de cerámica con la efigie de Rafael Requena en Caudete (Albacete)




Para mí fue un profesor entrañable. Me encantaba el libro de texto para el curso, del que él era coautor, ejemplar que todavía conservo y ya han pasado unas cuantas décadas.
En su portada aparecen los perros del mural titulado Cacería de liebres. Se trata de una pintura al fresco del siglo XII sobre los muros de la ermita de San Baudelio en Casillas de Berlanga ( Soria). Ahora podemos verlos en el Museo del Prado.



Libro de texto. La portada representa a un mural que se puede ver en el Museo del Prado.


Rafael Requena dominó diferentes técnicas en la acuarela. El bodegón que aquí aparece con cerámica, vidrio, pan y granadas...nos muestra que disponer unos cuantos objetos y llevarlos al papel con realismo era una cuestión dominada por él. Pero, además, hay otras muchas acuarelas que se pueden visitar en la exposición permanente en la Casa de la Cultura de Caudete, donde podemos apreciar distintos aspectos de su obra. Hay  aguadas  vanguardistas que  recuerdan a Turner.



Bodegón. Rafael Requena , 1988

Arde Madrid. Rafael Requena, 1997

Los granados ( Punica granatum) son árboles caducos que no alcanzan una gran altura y de gran valor alimentario y ornamental. Son bellos por sus flores, sus frutos y por su característica corteza que, cuando el árbol queda sin hojas, luce como una escultura natural.



Granado en el jardín del Museo de san Isidro, Madrid

Granado en flor. Jardín del Museo de San Isidro, Madrid


Su origen se encuentra en Oriente, en países como  Irán , Afganistán y el Himalaya occidental. Se han encontrado sus  restos en excavaciones pertenecientes a la Edad del Bronce (3000 a. C) y en antiguas tumbas de Chipre y  Egipto. Esta especie se distribuyó rápidamente por todo el Mediterráneo.
Fue muy abundante su cultivo en el reino nazarí de Granada, de ahí le viene el nombre a la ciudad.

Sus hojas son pequeñas, simples, opuestas, con pecíolo corto y de un color verde brillante. Florece de abril a junio. Las flores son solitarias o se disponen en grupos de 2-3. Los pétalos son rojo- anaranjados , dispuestos en forma campaniforme, pueden verse flores dobles en ciertos cultivares. El fruto, esférico y rojizo al madurar, termina es una especie de corona constituida por los restos del cáliz. Es una fruta de otoño-invierno. En lenguaje botánico el fruto es una balausta, y consta de un  pericarpo duro que en su  interior se encuentra dividido en cavidades separadas por un  tejido mas blando.Su tronco es muy característico, retorcido y escamoso.


Detalle del tronco del granado. RJB, Madrid

Frutos del viejo granado del RJB. Madrid.


Antiguamente, no sólo se trataba de una especie alimentaria, también tenía usos medicinales y servía para la tinción de telas y cuero.
En la ciudad de Madrid se pueden ver en muchos lugares, Madrid- Río, Jardines de Mohamed I, Jardín del Museo de San Isidro... En el Parque de Madrid -Río son numerosos y están plantados en pequeños montículos en torno a fuentes ovales.




Granado de flores dobles en Grasse, Francia


Tronco escultural de un granado en el Palacio de Anglona, Madrid


Las granadas de mi profesor me han llevado a hablar de este bello árbol frutal y ,

 volviendo a recordarle, resalto su figura humana y artística que tan bien han sabido ensalzar y 

conservar en su pueblo.






Campos en las cercanías de Caudete (Albacete)