martes, 4 de julio de 2017

El monte de El Pardo en Julio.



El Monte de El Pardo en el mes de Julio

Los dos grandes pulmones de Madrid, la Casa de campo y el monte de El Pardo nos permiten a los madrileños disfrutar de la naturaleza sin tener que desplazarnos muy lejos.
Entre los pinares de uno y las encinas del otro podemos evadirnos del tumulto y del ruido.
La pena es que el verdor de estos parajes permanece durante muy poco tiempo. En los encinares de El Pardo , el chasquido de las hierbas secas nos acompañan en el paseo, qué fugaz fue la primavera donde todo verdeaba.
Ahora, en el mes de julio, aparte de las sempiternas encinas que van engordando sus frutos, vemos la retama sphaerocarpa con sus bolitas amarillas, algunos torviscos (Daphne gnidium) de hojas algo resecas, las jaras pringosas ya sin flor, el majuelo del comienzo del camino, cuya vida trascurre bajo la encina, y el alcornoque, más adelante, que parece más fuerte que la temporada anterior.
Sin embargo, a lo lejos , en una pequeña explanada, algo florecía en tonos amarillos. Se trataba de una pequeña extensión de ruda montesina ( Ruta montana) que no había observado con anterioridad.



Las flores de esta ruda son muy pequeñas,cuatro pétalos apenas abiertos, rodeadas de mariposas y de otros insectos.Una diminuta araña amarilla pasa a mi dedo cuando voy a tocarlas, perfectamente camuflada en la flor.El olor intenso de sus hojas persiste aunque te laves las manos y permanecerá durante días entre las páginas de la antigua guía de teléfonos.

Avanzada la tarde, los vencejos se adueñan del cielo y es un espectáculo verlos cruzarse con sus rápidos vuelos y sus quiebros bruscos que nos hacen sonreír olvidando , por unos momentos,la sequedad del campo.

Hojas basales de la ruta montana

No hay comentarios:

Publicar un comentario